Por Eunice Mendoza, X M, Curso de Ética
Me gustaría empezar con una definición
breve de lo que es la depresión: Enfermedad o trastorno mental que se
caracteriza por una profunda tristeza, decaimiento anímico, baja autoestima,
pérdida de interés por todo y disminución de las funciones psíquicas.
La Depresión es uno de los temas más tocados
hoy en día y quisiera enfocarme especialmente a la juventud, ya la gran falta
de comunicación e interés por las personas que caracteriza a nuestra
sociedad nos lleva a los jóvenes a sufrir de bajones tanto emocionales como corporales. Si nos
sentáramos un momento a ver lo que realmente sucede respecto a este tema, nos
daríamos cuenta de que es necesario
tener conocimiento; muchas veces no le tomamos importancia o lo pasamos por
alto y al hacer esto no obtenemos información necesaria para no caer.
Los jóvenes somos una presa fácil para la
depresión y esto se debe a que,
muchas veces, nos acomplejamos nosotros
mismos por cosas que digan los demás respecto a lo que somos y esto nos lleva a
caer emocionalmente, ya que nos apena ser visto de mala manera. Siendo yo joven,
me ha pasado muchas veces, pero he tomado en cuenta que no debe ser así. ¿Por
qué acomplejarme si lo más hermoso de una persona es su corazón? ; y sé que debo guardar mi alma, porque ahí es
donde se guardan esos sentimientos. Cabe destacar que otra de las razones por
las que caemos en esto es la decepción
de un amor o el rechazo de esa persona a la que consideramos especial; razones
como estas hacen que el joven se desanime totalmente o a que
asuma una actitud diferente con los
demás. Muchas veces, como jóvenes, solemos hacernos preguntas como: ¿Algún día
seré feliz? O tal vez, ¿si algún día podré cambiar? Y quizás también nos interroguemos, ¿por qué existo en
este mundo y para que nací? Pues todos nacimos con un propósito, aunque en
momentos de tribulación no lo veamos, ya
que esto también depende a nuestra actitud ante lo que suceda. Decía una
reflexión que nuestros padres nos enseñaron de niños a amarrarnos los cordones,
a manejar bicicleta, a caminar; pero no nos enseñaron a cómo enfrentar esos
grandes sentimientos que íbamos a tener de grandes y es verdad, ya que, de
acuerdo a como nosotros manejemos la situación como jóvenes, así será nuestra actitud
y aptitud: por eso pienso que es fundamental que entre los padres e hijos haya más comunicación.
Y termino con un pensamiento:
“La
felicidad es Disfrutar de lo que tienes mientras consigues lo que quieres”.
Felicidades por atreverse
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