lunes, 15 de septiembre de 2014

Depresión: Enfermedad del corazón


                      Por Eunice Mendoza, X M, Curso de Ética
    Me gustaría empezar con una definición breve de lo que es la depresión: Enfermedad o trastorno mental que se caracteriza por una profunda tristeza, decaimiento anímico, baja autoestima, pérdida de interés por todo y disminución de las funciones psíquicas.
   La Depresión es uno de los temas más tocados hoy en día y quisiera enfocarme especialmente a la juventud, ya la gran falta de comunicación e interés por las personas que caracteriza a nuestra sociedad   nos lleva a los jóvenes a sufrir de bajones  tanto emocionales como corporales. Si nos sentáramos un momento a ver lo que realmente sucede respecto a este tema, nos daríamos cuenta de  que es necesario tener conocimiento; muchas veces no le tomamos importancia o lo pasamos por alto y al hacer esto no obtenemos información necesaria para no caer.
    Los jóvenes somos una presa fácil para la depresión y  esto se debe a que, muchas veces,  nos acomplejamos nosotros mismos por cosas que digan los demás respecto a lo que somos y esto nos lleva a caer emocionalmente, ya que nos apena ser visto de mala manera. Siendo yo joven, me ha pasado muchas veces, pero he tomado en cuenta que no debe ser así. ¿Por qué acomplejarme si lo más hermoso de una persona es su corazón? ; y  sé que debo guardar mi alma, porque ahí es donde se guardan esos sentimientos. Cabe destacar que otra de las razones por las  que caemos en esto es la decepción de un amor o el rechazo de esa persona a la que consideramos especial; razones como estas  hacen  que el joven se desanime totalmente o a que asuma una  actitud diferente con los demás. Muchas veces, como jóvenes, solemos hacernos preguntas como: ¿Algún día seré feliz? O tal vez, ¿si algún día podré cambiar? Y quizás  también nos interroguemos, ¿por qué existo en este mundo y para que nací? Pues todos nacimos con un propósito, aunque en momentos de tribulación  no lo veamos, ya que esto también depende a nuestra actitud ante lo que suceda. Decía una reflexión que nuestros padres nos enseñaron de niños a amarrarnos los cordones, a manejar bicicleta, a caminar; pero no nos enseñaron a cómo enfrentar esos grandes sentimientos que íbamos a tener de grandes y es verdad, ya que, de acuerdo a como nosotros manejemos la situación como jóvenes, así será nuestra actitud y aptitud: por eso pienso que es fundamental que  entre los padres e hijos haya más comunicación. Y termino con un pensamiento:
“La felicidad es Disfrutar de lo que tienes mientras consigues lo que quieres”.


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