viernes, 6 de diciembre de 2013

Las falacias y la importancia de su conocimiento en nuestra vida cotidiana


Por: Martha Constantino, XII O, Curso de Filosofía
Tal vez pensemos que las falacias no tengan nada que ver con nosotros, pero nos equivocamos: las falacias son muchos más comunes de lo que pensamos. La palabra falacia deriva del latín “fallere”, que significa “engaño” y precisamente eso es lo que es. Yo siempre he definido a las falacias como “mentiras elaboradas”, ya que estas pueden ser tan sutiles que pasan desapercibidas; pero, ojo: que el argumento sea falso, no quiere decir que las premisas o las conclusiones también lo sean, llegar a esta conclusión sería, igualmente, una falacia.
Llegado a este punto, te preguntarás, ¿esto qué tiene que ver conmigo?, si he vivido todo este tiempo sin conocerlas, ¿qué importancia tiene conocerlas ahora?, si piensas de ese modo, permíteme mostrarte en el error en el que te encuentras, pues podría ser que en este preciso momento seas víctima de ellas. ¿Cómo puede ser esto posible?, te sorprenderías de lo sencillo que es encontrarlas, convivimos con ellas a diario, es solo que no te has dado cuenta de ello; solo necesitas encender la televisión, escuchar atentamente una conversación o incluso, solo tener plena conciencia de lo que dices, porque muchas veces utilizamos las falacias sin siquiera conocerlas, inconscientemente.
Existen una gran variedad de falacias, a continuación te presentare a algunas de ellas:
  • Falacia ad hominem o “contra el hombre”: como su nombre lo indica, esta falacia no busca debatir argumentos, sino atacar al adversario o a la persona que presente el argumento.
  • Ad verecundiam o “apelación a la autoridad”: se dice que el argumento es verdadero solo porque lo dijo alguien con mayor rango o autoridad en el tema tratado; sin evaluar la argumentación propiamente dicha.
  • Ad populum o “llamado emocional al pueblo”: en esta falacia se presentaran razones que, aunque no tengan que ver con el tema en cuestión, buscarán afectar las emociones de la “masa”, sin sustancia argumentativa alguna.
  • Ad ignorantiam o “por la ignorancia”: afirma que algo es cierto solo porque no se puede probar lo contrario o al inverso, que algo es considerado falso por la misma razón.
  • Tu quoque o “tú también”: esta falacia posee cierta relación con la falacia ad hominem, ya que no se atacan a los argumentos en sí, sino que se basan en el hecho de que si el contrincante lo hizo, es correcto si se hace lo mismo.
Estas falacias, brevemente explicadas, no son las únicas que existen, pues hay muchísimas más, pero explicarlas todas no es el punto de este escrito. Ahora, ¿no te parece haberlas escuchado anteriormente? Porque yo sí. Una fuente enorme de falacias podrían ser los recientes discursos políticos, ya que prácticamente carecen de argumentos, consideran mejor o hasta más entretenido sacarse sus trapos sucios o hasta insultarse entre sí, antes de ofrecer un discurso “decente”.
Las falacias , al principio, pueden ser algo complicadas de encontrar o captar, pero con práctica se puede mejorar su comprensión y así poder mejorar nuestra capacidad analítica y mejorar nuestras respuestas. Aunque sus nombres sean algo complicado de aprender, pues están en latín, con su comprensión, habrá un gran paso hacia un mejor entendimiento.
En conclusión, podría darte un consejo, no creas en todo lo que te digan, infórmate primero y corrobora dicha información, no dejes que te metan “gato por liebre”, como dicen por ahí, y, sobre todo, no te dejes llevar por ese enorme “mundo” de falacias, que hoy tiene tantos habitantes, que ni siquiera se dan cuenta de que forman parte de él.
No porque todo el mundo crea una mentira, esta se convierte en verdad”
Anónimo

viernes, 29 de noviembre de 2013

¿Ser exitosos o ser felices? La felicidad que desea cada persona


Por: Marcos Lupu, XII R, Curso de Filosofía
A lo largo de la historia, la mayoría de las personas, en algún momento de su vida, se han llegado a preguntar : “¿Cuál es el propósito de mi vida?”, pues, pensándolo bien, todas las personas quieren llegar a ser felices en la vida; ahora bien, antes de seguir ampliando este tema, debemos tener bien claros dos conceptos :“Éxito” y “Felicidad”.
Muchos de nosotros confundimos estos dos conceptos, ya que pensamos que son lo mismo, pero lo cierto es que no lo son: el éxito es lograr alguna meta trazada por uno mismo; mientras que la felicidad es un estado emocional que supone satisfacción;esa es la definición que comúnmente se le ha dado. En fin, lo que trato de decir es que todos podemos llegar a ser exitosos, aunque no siempre felices: exitosos porque éxito es lograr; es cierto que al tener éxito estamos felices, pero, la mayoría de las veces, la felicidad es por un corto tiempo. La mayor parte de la vida del ser humano es trazar metas como un medio para lograr la felicidad; como dije anteriormente, la felicidad a veces la encontramos temporalmente en los éxitos.
Se puede decir que todas las persona quieren y desean llegar a ser felices en su vida, por lo que convierten la felicidad en una meta que debe conducir al éxito:en este punto es que se confunden ambos términos, porque comenzamos a pensar que la felicidad proviene del éxito, lo que no es así y entonces pensamos que para hacerla más duradera a cada rato deberíamos focalizarnos en ser “exitosos”; o sea, queremos tener éxito a cada rato, pero esto solo nos hace infelices, porque la convertimos en algo muy difícil de alcanzar.
Lo cierto es que la felicidad no tiene un límite definido para alcanzarla, sino que uno mismo le fija ese límite, por lo que para muchas personas les resulta fácil de lograr, pero para otras difícil de lograr.
El problema es que nos fijamos en lo que otros tienen y, a veces, otras personas son felices con muchas más cosas que nosotros y empezamos a sentir entonces que lo que tenemos no nos es suficiente: así vamos ambicionando tanto, que desbordamos el límite razonable.
Existen muchas visiones acerca de cómo encontrar la felicidad:para unos, está en la religión;otros, la ven en el dinero; otros, en las relaciones sentimentales; algunos, en su profesión: en fin, de ti depende conseguir la felicidad, pero lo cierto es que la mayor parte de la población del mundo cree que la felicidad la encontrará en el éxito.
La verdad es que gran cantida de personas no tenemos claro lo que significa éxito, por lo que tratamos de alcanzar lo que otros han calificado como tal. Esto nos puede llevar, fácilmente, a vivir rodeados de muchas cosas y de muchos logros, pero totalmente infelices y con frecuencia, ni siquiera conocemos la causa de dicha infelicidad.
El éxito, en sí, puede ser muy positivo y puede darnos felicidad pasajera, pero la clave en todo esto consiste en que los resultados que tracemos sean auténticos; es decir, que respondan a lo que nosotros realmente deseamos. Por eso, lo importante es que tengas claro lo que el éxito significa para ti, o sea, los resultados que deseas y que a ti te van a hacer feliz; porque si logramos cumplir con éxito todo lo que nos hemos propuesto y, al final de la historia, no nos sentimos felices; es muy probable que la razón sea porque desde el principio no dejamos guiar por la idea de “éxito” de otras personas;llegando a cumplir con los resultados que esas personas deseaban; sin embargo, traicinando nuestro verdadero deseo.
Es importante resaltar que el éxito es muy valioso, pero nunca cuando va solo y depende de uno mismo decidir ser feliz o no; si lo confundimos o no, porque si no somos felices, de nada sirve ser exitoso. He aquí donde digo que el éxito que desea toda persona es llegar a ser feliz. Todo está en tus manos, de ti depende ser feliz o no, tú decides lo que deseas y lo que te hace sentir feliz, porque para ser exitosos debemos sentirnos felices; de lo contrario ¿qué sentido tendría ser exitosos si no nos sentimos bien? Recuerda: “La felicidad es la llave del éxito” (Anónimo)

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Vida Cotidiana y Falacias


Por: Yarisely Pérez, XII O
El tema de las falacias casi desconocido o muy poco conocido por gran cantidad de personas, ya que la misma palabra es un poco confusa y poco se habla de ellas; sin embargo, aunque no siempre las conozcamos por su nombre, vivimos redeados de ellas: a los expertos en estas finas mentiras, se les hace fácil engatusar, atacar o defenderse; actúan con tal naturalidad, que sus ataques llegan de forma directa a la parte psicológica de la persona.
Considero que a la población panameña le hace falta tener el ánimo de saber o empaparse en un tema que podría ser de mucho beneficio en la rutina diaria, para tener una vida más plena, saber compartir , actuar o defenderse; en fin, son tantas cosas que necesitamos y las dejamos ir por flojera o falta de interés. Ciertamente, las falacias se ven hasta en lo que menos nos imaginamos, se presentan en diferentes ocasiones y son ignoradas en nuestra presencia. Las falacias se presentan continuamente en el discurso de nuestros candidatos políticos, empresarios, etc. Así, por ejemplo, los grandes problemas, como el manejo de la basura, no suelen discutirse o argumentarse con seiredad:muchas veces quedan en el conflicto y los gritos, propios del argumentum ad populum, aunque al final no se consigua nada.
Otra de las falacias más comunes es el Argumentum ad Hominem, o ataque a la persona y no sus sus argumentos ¿Por qué ofendemos a primera vista, sin saber el interés u opinión de los demás?; en este tipo de falacias es común el abuso y menosprecio por el prójimo, para atacar y hacer sentir incapaz e inútil al contrario.
Hagamos de nuestras y otras, una vida maravillosa y no miserable. No dejemos nuestros pensamientos en blanco, busquemos el ¿por qué? Siempre me pregunto algo, ¿el cómo! Simpre busco una respuesta una respuesta a esa angustia. Logremos combatir o, mejor dicho, logremos entender la acción figurada, los pensamientos erróneos, las actitudes y acciones que tomemos, que nos den comprobaciones de que hacemos mal o de que tal cosa está presente, para dar una seguridad y firmeza en tan solo cinco palabras: tú o él.




 

Filosofando sobre Falacias


Por: Dayana Espino, Curso de Filosofía, XII P

Un ensayo requiere de exposición y argumentación; plantear brevemente un tema de gran extensión es lo que le da mérito al ensayista. A tener que hacer un ensayo de filosofía, me causó gran preocupación, sobre todo porque como estudiante no se nos ha preparado lo suficiente para que en un momento dado escribamos ensayos sobre cualquier asunto sin ningún problema.
Este es un tema dado por Filosofía, una asignatura misteriosa para mí, que es difícil de entender, asimilar con precisión cada uno de sus ideas , ya que es un verdadero problema, pues eso de saber sobre la comprensión del mundo que rodea al hombre: entender ese mundo ha sido y será el mayor problema para los estudiosos al respecto. Lo más incomprensible es que a través de la historia de la humanidad a la fecha no hay ley, teoría, hipótesis que dé una verdadera respuesta acerca del origen tanto del hombre, como del mundo que lo rodea.
De todos los temas planteados en el curso , desearía ofrecer una reflexión acerca de de las falacias. Falacias son como las contraposiciones de la verdad, son razonamientos incorrectos que tienen apariencias de ser ciertos (mentiras, engaños). En el texto se habla de falacias o sofismas, es decir, que significa casi lo mismo, vi que sofisma son falacias voluntarias ; al decir esto, quiere decir que se pueden controlar si se quiere, contrario a los paralogismos que sí son involuntarias, pero que a fin de cuenta son ambos falacias.
Entre las clases de falacias que me llamaron la atención, están la referente a la apelación a la fuerza; es decir, que sin importar quién tenga la verdad, el que más poder tenga, ese será el que hará prevalecer su punto de vista , sin discusión ni reflexión alguna; otra falacia que tomé en cuenta fue la de la apelación a la ignorancia, que, en síntesis, plantea que algo es cierto o falso sólo porque no se puede demostrar lo contrartio; por ejemplo: los duendes existen, puesto que no se puede probar que no existan.
Una falacia muy común es la de apelación a la autoridad: se aprecia una opinión no por el valor mismo de la opinión, sino por quién la diga: si a ese alguien se le cree “importante”, los demás la aceptan y no hacen nada por averiguar si es verdadero o falso .
Por su parte, la falacia genética. Una expresión típica de la misma en nuestro saber popular podría ser la expresión: “De tal palo, ta la estilla”; muchas personas aseguran que no siempre se cumple; para mí, es falacia, porque forzosamente no siempre es así; lo que si parece cierto es que , muchas veces,el ser humano tiende más a imitar lo negativo que lo positivo.
La última falacia que captó mi atención fue la ley de la naturaleza, en ella se argumenta que porque el hombre es producto de la naturaleza, debe imitar el comportamiento observando por la naturaleza, esto me recuerda algo sobre el alacrán que quería que la rana lo cruzara al otro lado del río: la rana lo cruzó con la condición de que no lo picara, pero el alacrán antes de bajarse de la rana, lo picó y al preguntarle por qué lo hizo, dijo: esa es mi naturaleza. Imagínese que uno como mujer se dejara llevar por los impulsos “instintivos” del “macho”, todas seríamos maltratadas, simplemente porque los hombres dicen que esa es su “naturaleza”:armonizar con la naturaleza es el ideal; pero, agrego yo, la misma Naturaleza nos ha otrorgado la inteligencia para modificarla y perfeccionarla para vivir mejor.
Al principio, creí que esta temática sería “toda una falacia”, pero ahora pienso que estos asuntos deberían integrarse en los planes de estudio; no sólo en secundaria, sino desde la primaria .
Las falacias son parte de la vida del ser humano; me atrevería a decir que constituyen una especie de filosofía de vida. En fin, pienso que todo argumentación sutil o sofisitcada, por decirlo de algún modo, no constituye falacia; a veces, va a depender de quién lo diga, lo crea, lo haga u obligue a aceptarlas.
Son muchas las falacias en la lista, pero de seguir reflexionando sobre todos, esto dejaría de ser un ensayo y, para no romper este patrón de brevedad, hasta aquí llego. ¡Ojaláue lo poco o mucho que he podido entender me sirva para el resto de mi vida; creo que, de haber seguido pensando, como antes, que la Filosofía era tediosa, habría seguido una vida falaz

domingo, 1 de septiembre de 2013

"EXPLORANDO" NUESTROS LÍMITES

Por Luis Villarreal, X°O, Curso de Ética

En la sociedad en la que vivimos hoy en día las personas tienen muchas limitantes , que pueden ser desde sociales, económicos, físicas, mentales hasta de pensamiento.
Los límites sociales son aquellos que tiene el individuo al tener que hacer o seguir las normas que tienen la sociedad en la que le tocó vivir. Se supone que estos límites, que rigen lo bueno y lo malo, son implantados por la sociedad para nuestro propio bien.
Hablar de los límites económicos es hablar de la posibilidad del manejo del dinero que tenga una persona para complacer sus necesidades, ya sean de comida, vestir, de vivienda o el simple placer personal; o sea, que si no tienen suficiente dinero para complacer alguna cosa, ya está limitado y si tiene dinero, en términos generales, no va a tener límites económicos. Y estos límites se atribuyen a un trabajo que dé pocos ingresos, a no tener un trabajo o tener muchos gastos.
Límites físicos son aquellos que no le permiten el individuo realizar o hacer alguna actividad, alguna tarea, algún trabajo y estos límites puede ser causados por ciertos problemas fisiológicos o condición especial de nuestro cuerpo; muchas de estas limitantes pueden ser superadas o disminuidas mediante terapia o aparatos, dependiendo de la disposición de la persona.
Los límites mentales tiene que ver con la capacidad cerebral de la persona, ya sea que está es poco “inteligente” o “inteligente”, o entienda rápida o lentamente. Y esta limitante puede reducirse o no tenerse, puesto que la persona podría volverse más culta si aumenta su lectura o tomar algún tipo de estimulante cerebral, por ejemplo.
Finalmente, tenemos los límites de pensamiento: para mí, estos límites son aquellos que mantienen a la persona ciega en relación a su propio pensamiento, impidiéndole siquiera pensar o imaginar algo diferente de lo que ya le han planteado.
Al tratar de comparar los diversos límites que puede tener una persona, tengo la convicción de que la limitante más grande que puede tener una persona es un límite de pensamiento, ya que si tiene un límite económico, es más el bien hecho de no tener una cantidad exorbitante de dinero, un límite social lo podemos considerar positivo,hasta cierto punto; por otra parte, en el caso de una limitante física, si la persona es capaz de acaptarse tal y como es, la limitación deja de ser un gran problema.
Si hablamos de un límite mental, con el querer aprender y voluntad, se puede expandir nuestra capacidad; sin embargo, cuando hablamos de límite de pensamiento, pienso que es la mayor dificultad, puesto que no nos permite avanzar, manteniéndonos estancados, debido a que nos impide pensar de una manera diferente.


sábado, 31 de agosto de 2013

Los exoplanetas y la vida: ¿hacia una cosmovisión nueva?


  Por Liz Miller, XII O, Curso de Filosofía  
¿Acaso no te has cuestionado si en este inmenso universo, lleno de planetas y millones de estrellas, no existe otro tipo de vida? ¿Seremos nosotros alienígenas para otros planetas u otro tipo de vida? Estas y otras preguntas circulan por mi cabeza, muchas preguntas sin respuestas. Para entrar en detalle, debemos tener bien definido el concepto acerca de exoplanetas y de vida. Los exoplanetas son aquellos planetas que no pertenecen a nuestro sistema solar y que, según bases astronómicas, tienen una similitud con la Tierra, en el sentido de que están en una órbita perfecta; su clasificación se realiza en base a dos índices: uno de similitud a la Tierra y el otro, en relación a la habitabilidad; la habitabilidad se puede dar en condiciones diferentes a las que se conocen en nuestro planeta, no se limita necesariamente al agua o a un planeta orbitando en una estrella: una forma diferente de vida podría derivarse de los lagos de hidrocarburo en Titán(luna de Saturno).
Antes de continuar, para nuestro propósito, entendemos la vida como el estado de actividad de un organismo, constituido por,al menos, una célula y sustentada por energía para mantener y reproducir su organización. Así, un ser sin movimiento no necesariamente está "muerto": puede estar inactivo o carente de capacidad para reaccionar al combinarse con otro.
Según múltiples estudios, el exoplaneta más similar a la tierra es Gliese581, situado en la constelación de Libra; este exoplaneta reúne condiciones de habitabilidad que lo hacen ser el primero en la lista: tiene un radio de 1,4 veces la tierra y se encuentra a 20,2 años luz. Esto quiere decir que existe mucha posibilidad de que haya vida fuera de la Tierra; aunque hay que tener bien claro que es muy diferente un vida microbiana a una inteligente. Por ejemplo, en los lagos de hidrocarburo de Titán podría albergarse vida microbiana, ya que la misma resiste a ambientes hostiles y a bajas y altas temperaturas.
Respecto a la vida inteligente, existen muchos casos y testimonios de avistamientos de ovnis como lo fue el caso de los paracaidistas de Maipú, la isla de friendship, los diferentes casos de personas abducidas, como el de Claudio Pasten, el cual tiene una extraña relación narraciones bíblicas; aunque sería muy extraño confirmar el testimonio de una persona abducida sin tener un fundamento científico o concreto de que lo que esta persona dice sea real.
No hay pruebas físicas certeras que confirmen la existencia de vida extraterrestre, porque jamás se ha conocido o confirmado fehacientemente algún tipo de contacto con extraterrestres; sin embargo, sí hay pruebas científicas que revelan la existencia de los exoplanetas, y, a medida que miremos al futuro, que pase el tiempo, y avance la tecnología, tendremos resultados de lo que hace siglos nos cuestionamos: “¿estamos solos?”; mientras tanto, cabe preguntarnos, ¿cómo podremos acertar a comprender lo que de veras es “real”? .... El debate está lejos de estar cerrado: lo importante es no negarnos a explorar otras “realidades”; probablemente en el futuro surjan hallazgos tan impactantes que pudiesen cambiar toda nuestra visión del cosmos y de nuestro lugar en él: ¿acaso contamos con la suficiente información para considerarnos los seres más especiales de este vasto universo?....







lunes, 12 de agosto de 2013

¿ERES LIBRE?

Por: René Duarte, Curso de Ética, X° N
‘Algunos se imaginan ser libres y no ven las ataduras que los aprisionan’, Friedrich Rückert.
Dentro de nuestro diario vivir, cabe hacernos esta gran interrogante: ¿De verdad somos libres?
Vivimos en un mundo donde cotidianamente debemos luchar contra los vicios, el consumismo y los placeres, donde los medios de comunicación nos bombardean cada día más con publicidad engañosa y nos hacen creer que debemos tener ‘tal’ producto para poder ser felices: no es que los medios de comunicación sean malos, sino que debemos analizar ¿QUÉ? hay detrás de estas propagandas (el factor DINERO) o peor aun, ¿QUIÉN? está detrás de ellas.
Las poderosas empresas se dedican actualmente a desarrollar productos innecesarios, ‘deshumanizando’ a las grandes masas de personas, que acuden rápidamente a adquirirlos: Todos los días podemos ver un celular nuevo, un videojuego nuevo, una nueva marca de zapatos, un artista nuevo, ahora todo es visto como una forma de obtener dinero.
La conducta moral, nuestra forma de actuar y comportarnos, debe estar acompañada de la justicia, que es un valor moral: con la justicia viene la libertad… entonces, esta falta de libertad, esta ‘opresión disfrazada’ que vivimos actualmente , ¿no se debe acaso en gran parte a la falta de compromiso moral por parte de los paises que presumen de su gran desarrollo económico?
Es un error creer que la tiranías fue algo del pasado, algo que solo existió en la Antiguedad o la Edad Media: la tiranía es un problema actual. Las nuevas tiranías que existen en el mundo han cumplido su objetivo, oprimir a los ciudadanos sin que estos expresen resistencia alguna, pues nos hacen creer que estamos haciendo lo que nosotros queremos, que somos ‘AUTÓNOMOS’, cuando, en realidad, sólo somos manipulados para satisfacer los deseos egoístas de los que controlan
La sagacidad psicológica se ha impuesto sobre la fuerza, atrás ha quedado la violencia: las nuevas tiranías ahora trabajan de una manera más sutil, pero eficaz; nos hacen creer que somos libres porque tenemos ‘LIBERTAD DE EXPRESIÓN’, y podemos quejarnos y protestar, pero esa libertad , muchas veces es supuesta y, cuando pudiera ser auténtica, pocas veces es tomada en cuenta.
Pero al hablar de tiranías, no debemos trasladarnos muy lejos, pues las podemos encontrar hasta en nuestro propio grupo de amigos, quienes, muchas veces, nos aceptan si nos vestimos como ellos, si tenemos los celulares que ellos tienen, etc. Entonces nos damos cuenta de cómo todo es una cadena, puesto que este poder que ejercen nuestros compañeros para que nosotros pensemos que debemos tener ‘tal’ cosa para ser sus amigos proviene de lo que ellos han visto en televisión, en un periódico o a imitación de sus padres.
Tampoco es que exista una conspiración para apoderarse del mundo, aunque hoy por hoy así pareciera, solo que las grandes empresas de las naciones más ricas se han cegado tanto por el dinero y los beneficios que este trae, que se han dedicado a “esclavizar” a la humanidad con productos innecesarios; por ello hoy se hace muy necesario que en las familias y en las escuelas se inculquen a las generaciones venideras auténticos conceptos de autonomía y libertad, fundamentados en una sólida reflexión ética sobre nuestra conducta y las consecuencias que la misma podría tener . Así, con el concepto de ética, aparece el concepto de valores morales (Respeto, Honestidad, Libertad, Paz, Responsabilidad, Solidaridad, Tolerancia, etc.): estos constituyen nuestras herramientas esenciales para combatir estas tiranías.









El suicidio ante una sociedad poco amigable

Por: Keren Luna, Curso de Ética, X° N

El suicidio es un tema del que poco se habla tanto entre jóvenes como los adultos. Suicidarse… No podemos juzgar a una persona que toma esa decisión si no conocemos sus causas, el suicidio no es algo que viene de un día para otro, este va ligado estrechamente con las personas que te rodean.
Estamos viviendo en la época que a lo bueno le llaman malo, y a lo malo le llaman bueno… Y entonces te preguntaras ¿Qué es bueno? ¿Qué es malo? ¿Cómo saberlo?...Surgen un millón de preguntas para las cuales no tenemos las respuestas. Una persona que toma la decisión suicidarse, no siempre busca acabar con su vida: probablemente, esta persona sólo busca acabar con la parte de su vida que le hace daño, y le causa un dolor muy grande. La sociedad es, muchas veces, la responsable de esta situación: con sus estigmas, estereotipos y sus críticas no hacen más que bajar el autoestima de miles de jóvenes, quienes, al verse en esta situación, no encuentran otra ruta que no sea la del suicidio.
La sociedad nos hace “Bullying”. El bullying son las burlas que se le hacen a un individuo por defectos físicos, falsos rumores , generando, al mismo tiempo discriminación, acoso psicológico y/o agresión física. Y entonces: Si todo esto ocurriese diariamente en tu vida, ¿tomarías la decisión de suicidarte?, es algo difícil, ya que muchos de nosotros no estamos del lado de los acosados, sino de los acosadores, que decimos cosas sin saber que podemos causar un grave daño a las personas de nuestro entorno. En las culturas orientales, el suicidio se ve como una forma honorable de escapar de algunas situaciones humillantes o dolorosas en extremo,como lo sería una violación, un embarazo no deseado o un matrimonio a la fuerza. Imagínate que todos pensáramos así. Hoy en día te critican por como vistes, cómo hablas, por cómo actúas, te critican por TODO; si haces algo bueno y no dices nada, eres un bobo por no sacar a flote tus talentos; y si lo haces bien y lo dices, te quieres “agrandar”, ¿entoncesde qué estamos hablando?: TODO ES MALO, el suicidio no es un problema para quienes tienen su autoestima elevada y les importa poco lo que le digan o piensen los demás; el problema viene cuando las personas tienen una baja autoestima y a cada momento se les degrada y se les hace sentir que no tienen valor.
El suicidio ha tenido un aumento dramático en los últimos años en América Latina, es la tercera causa de muerte más frecuente para los jóvenes entre 15-24 años y la sexta causa de muerte para aquellos entre 5-14.
Entre las principales causas están: el estrés, la depresión, sentimiento de rechazo o de ser reemplazados. A esto se une la falta de atención de los padres y una sociedad poco amigable, que se encarga de bajar la autoestima de los que están bajo, y subir la autoestima de los que lo tienen una posición más elevada: no seas de esos que etiquetan a las personas sin conocerlas, sin saber su historia, ni sus motivos.
Tal vez sea necesario reflexionar sobre el modo de tratar a nuestro prójimo: esa misma persona, que ves feliz y sonriente a cada momento, puede ser tan insegura por dentro y lo trata de ocultar con una falsa sonrisa, “No todo lo que brilla, es Oro” y “No todo el que sonríe es feliz”...


martes, 30 de julio de 2013

Los “likes” como “epidemia” ¿Qué hay tras la máscara?


Por Diana Samudio, Curso de Ética, X° N
Quizás tu estés en la moda de los ”likes” o quizás ni te guste o simplemente es algo que realmente no lo usas con frecuencia, pero…atención, ahora la mayoría de los adolescentes en Panamá tienen esta fiebre solo para sentirse bien con ellos mismos o para aparentar cosas que no son. Para expresar mejor nuestro pensamiento, los clasificaremos en los “likes” de los hombres y los l”ikes” de las mujeres.
Todo adolescente quieres ser perseguido por chicas lindas o solo quiere ser ese BRAD PIT perseguido por todas, quiere tener la mejor ropa de marca, quiere imitar otras modas o artistas y tampoco es autónomo, ya que se deja influenciar por los demás para sentirse aceptado por sus amigos “PRITYS”…¿Pero qué tiene que ver todo esto con los likes? …Considero que todo lo mencionado refleja al típico muchacho de FACEBOOK que busca ser un chico “Rankiando” o de Farándula: ellos desean llamar la atención por esta red social, publicando estados “COOL” poniendo fotos “COOL”, que poco a poco provocarían que miles de personas les pongan el famoso “ME GUSTA”.
Por otra parte, no se pueden dejar escapar los likes de las mujeres, que son bastante parecidos a los de de los hombres; sin embargo, hay varias particularidades propias de nosotras las mujeres. Una de las más peligrosas es la costumbre de varias que llegan al punto de tomarse esas fotos censuradas o reveladoras mostrando sus atributos al 100% ,pretendiendo ser chicas con curvas espectaculares e envidiables
El hecho es que , en gran parte de los casos, todo es una farsa, puesto que hoy en día existe mucha tecnología que puede hacer de cualquier foto simple un milagro. Lo cierto es que la fiebre de los “like” es intensa: no importa qué se tenga que hacer: desde aparecer con un pantaloncito repelente o una blusa provocativa hasta presentarse totalmente desnuda. En esta mentalidad lo qué más vale consiste en atraer cientos de solicitudes de amistad y los famosos “likes”
Entonces, me preguno, ¿qué sentido tiene todo esto? En mi propia opinión, considero que ningún adolescente debe sentirse obligado a hacer esto, ya que está en nosotros darnos cuenta que nuestros amigos y familia nos deben aceptar, querer, respetar y amar como somos y que ninguna red social debe interferir a dominarnos solo para ser aceptados, por que son muchas las consecuencias negativas que pueden surgir del descontrol de nuestras acciones por el simple deseo de LLAMAR LA ATENCION de chicos(as).
Recordemos que cuando tú estas bien, todos están bien contigo, pero cuando necesitas de alguien, es difícil encontrar a esa persona que esté contigo en esos malos momentos, solo tú tienes esa oportunidad de ser tú mismo y no tratar de encajar en ningún grupo si no te gusta cómo te sientes y tampoco pretender que te gusta algo, cuando realmente solo lo haces para complacer a los demás y rechazando tus propias decisiones y gustos




VIVIR DE APARIENCIAS O LA TRAICIÓN DE SÍ MISMO

Por Pilar Barahona, Curso de Ética, X° Q
Muchos conocemos la frase ‘’Las apariencias engañan’’… Pero pocos conocemos lo que se esconde tras esa máscara que cada uno de nosotros fabrica. Para entender esto, no debemos irnos muy lejos, ya que vivimos en una sociedad “fragmentada”, en donde nosotros como jóvenes estamos dominados por la continua necesidad de ser ‘aceptados, amados y ser importante para los demás.
Para empezar, tenemos que ser realistas: vivimos en una sociedad donde la delincuencia está a la orden del día , salimos y no sabemos si a la vuelta de la esquina nos asaltarán y nos decimos con sorpresa:”¡pero él/ella no parece ladrón (a)!” Lamentablemente, hoy en día, si uno se encuentra a alguien por la calle, que puede estar haciendo su trabajo, pero tiene un tatuaje o arete y enseguida pensamos que es un ladrón y es aquí donde también entra la discriminación: juzgamos sin saber, haciéndonos ideas erróneas sin saber los sentimientos y verdaderas intenciones de las personas.
También están las personas que, con en la primera impresión nos caen mal, nos parecen “groseras”, ‘’raros”, y, después, terminan siendo personas valiosas, e incluso, grandes amigos nuestros.
Dejando un poco de lado lo físico, los títulos y todas aquellas virtudes que puediera llegar a tener una persona , también podemos hablar algo de los sentimientos: Muchos de los que nos rodean sufren o aparentan algo que ni ellos mismo se creen , construyendo una máscarade apariencias y , sin embargo , nadie lo sabe, nadie lo nota, porque siempre esa persona está con una sonrisa en su rostro, sin importar que muera por dentro, nos da lo mejor de sí y nos brinda su ayuda sin esperar nada a cambio.
Queda claro que nosotros mismo nos encarcelamos dentro de un mundo ficticio donde la opinión de una tercera persona vale más que nuestra opinión y aquí hablamos sobre los amigos, familiares etc… en realidad no descubrimos el ¿Quién soy? No me pregunto qué cualidades tengo, cuál es mi talento?. Hay muchas ocasiones en que debemos dejar de perseguir tanto la aprobación de lo demás y, en lugar de ello, fortalecer nuestra autoestima, en base de lo que realmente somos, para no llegar al punto en que uno mismo sea su propia competencia. Es común que el ser humano desee irse por el camino más fácil , siendo esclavo de los demás, complaciendo hasta el último detalle para ser aceptado. Por ejemplo, en una ocasión escuchaba a una persona, mayor de 30 años, que trabajaba como secretaria de un banco de gran renombre , y era ridículo escucharla como hablaba de ropa de marca, autos, viajes, postgrados, etc… con una soltura impresionante, todo simplemente para intentar “cauitvar" a los que la escuchaban, aunque ella, íntimamente no se sentía an armonía consigo.
Debemos tener presente valores como lo son el amor, el respeto, la libertad y como base principal la autoestima , que juegan un papel importante en nuestras vidas ,ya que debemos valorarnos por lo que somos y no por lo que tenemos.
La idea es quitarse el peso de encima y salir de este círculo vicioso. Al hacerlo la persona entiende que es mucho más agradable vivir de una manera más auténtica y conectada con sus potenciales que vivir en la superficialidad”, Lucía Godoy.

domingo, 28 de julio de 2013

LA DIGNIDAD HUMANA Y EL ABORTO


 Por Glory F. García M. , Curso de Ética, X° Q
Con este trabajo intento que analicemos con un poco más de detalle qué es en realidad la DIGNIDAD HUMANA, que en este caso va ligada con EL ABORTO.
La dignidad de la persona, muchas personas piensan u opinan, que la dignidad de la persona inicia cuando el ser humano es dado a luz; otros dicen que después de que ham pasado 3 meses de gestación en el vientre de su madre; en fin, no todos tenemos el mismo pensar, pero, desde mi punto de vista, la dignidad de la persona inicia cuando se da la concepción del ser humano, me refiero a cuando el espermatozoide y el óvulo se unen para dar vida a un nuevo ser, desde ese momento inicia la dignidad de la persona. Con dignidad me refiero al valor moral que tiene esa persona, ese nuevo ser, favorecido por la voluntad divina.
A veces , los adolescentes, jóvenes o como quiera llamársele a nuestra generación, hacen o hacemos cosas indebidas, una de ellas es tener relaciones sexuales antes de tiempo, una cosa lleva a la otra, hay veces que no utiliza ni siquiera protección o a veces la protección no ayuda, y esto produce, obviamente, la concepción del ser. El punto es que los adolescentes, al no estar preparados para esto, por vergüenza, por miedo o cualquier otra circunstancia deciden optar por el aborto, cosa que ellos piensan que es la mejor opción.
Si revisamos la reflexión bioética, se plantea la benevolencia como un principio fundamental: por encima de todo, tratar de hacer el bien. Enmarcándonos en nuestra tradición judeo-cristiana, tal vez la expresión más perfecta es este principio se recoge en el mandamiento que dice claramente: NO MATARÁS, y con la dignidad de la persona y el aborto a ese punto quiero llegar, pues el aborto no es considerado un asesinato por muchas personas; pero yo consiedero que sí lo es!
Hay una ley que encarcela a las personas por maltratar animales, mas no hay una ley que encarcele a personas que practiquen aborto, eso quiere decir que, ¿un animal tiene más dignidad que un ser humano? Eso lo pienso no solo porque me llegó a la mente y ya, lo pienso pues porque con lo que está pasando en este mundo últimamente me han dado a entender esto; por ejemplo: hay Gobiernos que, para ganar sus elecciones, aprueban el aborto, en algunos países hay clínicas de aborto en las cuales los abortos los hacen gratis cuando la persona o madre del ser es pobre.
Por otro lado, el aborto tiene muchas consecuencias negativas , que van desde la esterilidad, hasta a la muerte por hemorragias internas, depende de la manera que se realice el aborto.
¿Acaso no sería mejor fijarte en lo que haces? Por ejemplo, esperar a estar preparado/a para tener relaciones. O , en dado caso , si ya llevas la criatura, hacerte cargo de ella, porque si fuiste responsable a la hora de hacerla, porque a la hora de cuidarla no lo eres, o tal vez llevar a la criatura a un centro de adopción: hay muchos padres que quieren tener hijos y no pueden.
Como ven, son muchas las opciones que existen para no abortar y no solo las que mencione, sino que existen muchas más, pero el ser humano masoquista se va con la más fácil, pero peligroso! Quizá exista necesidad, miedo de ser rechazado por la sociedad, etc… pero para eso existen diferentes maneras de tratar este tema sin llegar al aborto.
Apostaría a que la mayoría de las jóvenes que abortan nunca han visto cómo es, o nadie les ha hablado de las consecuencias y los problemas que vienen después. A parte de que es un asesinato contra un ser indefenso, es un hecho desgarrador y horrible: ¿ Matarías a un bebé indefenso? Aunque mis palabras parezcan rudas, es la realidad, la triste realidad oculta. Este temas puede que sea un tabú o puede que no, pero lo cierto es que nosotros los Jóvenes debemos marcar la diferencia y decir ¡NO AL ABORTO! , porque todo lo pintan color de rosa, todo lindo, pero es todo lo contrario.
Yo los invito a que busquen en la red videos o información acerca del aborto. O también pueden buscar en Youtube un video llamado: Hitler y el aborto 180.
El fin de este ensayo fue crear conciencia acerca de estos dos temas que van de la mano LA DIGNIDAD DE LA PERSONA Y EL ABORTO.
Gracias por dedicar un momento de su valioso tiempo.


miércoles, 26 de junio de 2013

DE LAS COSAS DEL AMOR

     Por ALLISON CABRERA, X° P, Curso de Ética

 Muchos podrán pensar  que, al hablar del amor,  reflejo algún tipo de trauma o algo por el estilo. Sin embargo, aunque pudieran pensar eso, no por eso me voy a detener, simplemente, porque, para mí,  el amor es algo demasiado intenso , hermoso, que cuando está presente nos hace sentir fuertes y cuando no está, provoca que caigamos  en debilidad, tristeza y otras condiciones no deseadas. Así que no me venga alguien con que no le interesa el tema, porque estoy 100% segura de  que le interesa, pues, aunque digan que no les gusta y es cursi hablar del amor, ya llegaron hasta esta línea y quieren continuar.
Después de esta introducción tan a la defensiva, comencemos definiendo el amor…no, no me atrevo a hacer algo así, la verdad. Simplemente, no sabría decir qué es. Pero bueno, algo tengo que decirles, y, en este sentido voy a compartir con ustedes  ideas acerca de algunas de las manifestaciones del amor:
-Amor es el primer sentimiento que hay antes de que todas las cosas malas aparezcan.
-Amores cuando alguien te hace daño, te enojas mucho, pero no le gritas,  porque sabes que eso herirá sus sentimientos.
-Amor es lo que te hace sonreír cuando estás cansado.
-Cuando le dices a alguien algo malo acerca de ti mismo y tienes miedo de que no te quieran más; pero te sorprendes al saber  que no solo te sigue amando, sino que te aman aún más.
-Amor es cuando mami le da a papi el pedazo de pollo más grande.
-Amor es cuando tu perrito te lame la cara aun cuando lo has dejado todo el día solo.
  ¡Qué bonito!, ¿No es cierto?....  Ahora bien, pienso que  definir el amor, sería limitarlo demasiado, hacer lo más grande, lo más pequeño. Hay amores de todo tipo: de padres, de hermanos, de amigos, de pareja, amor apache (jajaja), etc. 
  Sin embargo, hasta ahorita, muchos piensan nada más en el amor como el sentimiento color de  rosa, cuando en realidad   este mismo sentimiento puede ser el más duro de llevar, incluso hasta situaciones ya casi heroicas. Todavía recuerdo el caso de esa madre, que, prácticamente muerta, llevó a su pequeño hijo hasta la orilla del mar. Dicen que incluso estaba muerta al momento de estarlo llevando, pero el sentimiento y la necesidad de salvar a su vástago, la hicieron sacar fuerzas de la nada para seguir; o, mejor dicho, no lo sacó de la nada, lo sacó del amor que le tenía  a su hijo. Eso queda claro.
  Con todo y eso, insisto que  muchas personas,  al oír la palabra amor, piensan en seguida  solamente en algo color rosa, con un corazoncito rojo, diciendo te quiero o algo por el estilo. Simplemente, se van hacia el lado más “light”  de este sentimiento; que  es, al mismo tiempo,  también la parte más superficial de este, la que es fácil de romper, que muera y que no quede más que en algo pasajero.
  Por ejemplo, veamos el amor de pareja…cuántas veces no se han visto parejas que se juran amor y al poco tiempo ya oíste que tronaron y que están andando con otro fulano o fulana, pero igual de “enamorados”. En este caso, no están realmente enamorados de la persona, sino que están enamorados de la sensación que tienen, al estar con esta persona. Por eso, cuando simplemente deja de gustarle, ese “amor”  desaparece, volviendo al gustarles alguien más.
    Ese gusto inicial  es solo un  paso, pero el siguiente, y más profundo y duradero, es cuando lo que empiezas a amar es a la persona en sí. Es cuando comienza el amor que sacrifica su placer y beneficio personal por la otra persona. El que da sin esperar a cambio. Cualquier psicólogo supongo que diría que esto no es sano, pero quién sabe, tal vez porque muchas veces el amor está fuera de la razón, en muchas ocasiones, el amor y la razón no se llevan.
  Para complementar mis ideas, les puedo referir una breve anécdota:
Había una vez una pareja muy feliz y, pasado el tiempo, el esposo va sintiendo cosas raras, ya no sentía nada por su esposa y no sabía cómo comunicárselo y, más adelante incluso consiguió una amante y llegó  un momento en que la esposa le dijo: “ Marcos, ya no me tratas igual que antes y él le dijo que ya no sentía nada por ella y ella, con una lágrima en su rostro, le dijo que no le importaba que él ya no sintiera lo mismo, que ella lo amaba y él , rechazándola, Luego de muchos años, el esposo se sentía incómodo, porque toda su vida la había hecho con su esposa y decidió rehacer su vida con ella, hasta que llegó un instante en  que la esposa le dejó una carta diciendo “Cariño, te iba a comunicar que tenía cáncer y, bueno, como decidiste acabar nuestro amor no quería que te preocuparas“ y el esposo llorando no lo podía creer….
Moraleja: No dejes engañar a tu corazón por algo que no durará: ama a la persona que escogiste para vivir toda tu vida, porque uno no sabe hasta cuándo será el último día que veas a esa persona

     En pocas palabras, el amor pleno se expresa cuando  se pasa de sentir maripositas en el estómago a la entrega  de verdad,  que lo único que busca es hacer sentir bien a la otra persona. Es darte a ti, tu tiempo, tu pensamiento, tu persona…lo ideal sería que el amor entre las 2 personas se lograra, pero, en el amor no siempre es un  requisito que te amen para dar todo.
Darle a alguien todo tu amor nunca es  garantía  de que te correspondan, pero no esperes que te correspondan; solo espera que el amor crezca en el corazón de la otra persona, pero si no crece, sé feliz, porque creció en el tuyo.

sábado, 4 de mayo de 2013

LA LUCHA DEL BIEN CONTRA EL MAL

   Cuando se desató el conflicto entre las potencias occidentales y el terrorismo islámico, uno de los aspectos  que más llamó  mi atención  fue la naturaleza del discurso de los bandos: cada uno por su lado consideraba ser la expresión legítima del Bien: desde un ángulo, Bush no tuvo el mínimo reparo en sustentar que su lucha era la del Bien contra el Mal; en tanto que los radicales islámicos (y no solo los radicales) veían en los Estados Unidos y sus aliados la encarnación del gran Satán.  En este punto, pues, cabe la interrogante: ¿quién tiene la razón?, ¿cuál será la perspectiva más correcta?...
  Indicado lo anterior, pienso que tras  esta clase de dilemas, sumamente polémicos y escurridizos, se oculta una aguda miopía filosófica, que nos retrotrae a las clásicas discusiones acerca de las nociones de “Bien” y “Mal”. Y es que, cuando la mayoría de las personas alude a “lo bueno” o “lo malo”, suelen partir de una ingenuidad sin par, con la plena convicción de que al decir: “fulano es inmoral” o “mengano está faltando  a la ética”, todos los individuos poseen  el mismo “código” o criterio de enjuiciamiento moral. Aunque esto constituya un supuesto demasiado simple, que nos recuerda mucho  al intuicionismo moral, atacado por Moore,  no es menos cierto que el ideal de la ética  debería estar encaminado a procurar consensos morales que  fortalezcan  la convivencia social. En tal sentido, ¿qué luces podría arrojar la argumentación ética?
  Para señalar algunas ideas en torno  al particular, nuestro primer paso  consistirá en evaluar la lógica  subyacente a un presupuesto moral muy extendido: la asunción  de que, en el juicio moral, las nociones de “Bien”- “Mal”:
   a- Son obvias: es decir, lo bueno  o lo malo se capta intuitivamente, casi instintivamente;
   b- Son evaluadas del mismo modo por todas las personas.
  Ciertamente, en pocas ocasiones, cuando emitimos juicios morales, nos ponemos a pensar en que aquello que para mí es tan evidente (bueno –malo), no necesariamente lo es para otras personas; quizás para otros los eventos podrían tener  una connotación moral muy distinta, dependiendo de su personalidad, contexto cultural, creencias, etc.
  Ahora bien, esto pareciera inducirnos a una encrucijada: ¿acaso las acciones pueden ser reputadas de “buenas” o “malas” al mismo tiempo?; ¿ dejar excesivamente abierto el asunto no incrementa la probabilidad de que prime un desmesurado relativismo que erosione todo sentido de reflexión ética?... Estas y  muchas otras interrogantes podrían derivarse de lo indicado; con todo, pienso que aceptar lo contrario: dar por sentado que los fenómenos son buenos o malos en términos absolutos  o universales implicaría, por su parte, la existencia de estándares de conducta moral igualmente  universales.
  Un poco para ubicar un punto intermedio  a la cuestión,  empezaremos por decir que el problema de fondo que plantean los dos presupuestos discutidos  no es su veracidad, sino el alcance que la gente suele asignarles: de hecho, en relación a principios  muy generales y extensivos, las personas, independientemente  de su contexto sociocultural, político, religioso  o personal, tienden a identificar un número significativo de puntos de encuentro en materia ética (se me ocurren los principios de los Derechos Humanos, las reglas de oro y de plata); sin embargo, en gran cantidad de caso, incluso vinculados a los principios generales, los bordes entre lo que se conceptúa como “bueno” o “malo” tienden a volatizarse  y tornarse poco claros, sumergiéndonos en dudas de difícil dilucidación.
   Sintetizando, provisionalmente, lo revisado en las líneas precedentes, es dable decir que, en materia de principios, es posible detectar asentimientos más o menos universales. Ahora bien, a todo esto, ¿cuál será el carácter ontológico de tales principios?  La sola discusión de este punto, podría desviarnos totalmente de nuestro centro de interés, llevándonos a  elucubraciones metafísicas ya clásicas en Filosofía; por el momento, bástenos con señalar que la sustancia y valor funcional de los mismos precisa de un importante componente de comunicación e intercambio intercultural. La referencia a este último aspecto  apunta a un detalle muchas veces descuidado en la reflexión ética: difícilmente prosperarán propuestas éticas basadas en principios y elaboraciones  puramente metafísicas. En conexión con la necesaria fundamentación teorética que otorga la ética, se impone la necesidad de revisar  los contendidos socioculturales y los contextos jurídico-políticos de examen. Y será, precisamente en ese contraste de perspectivas, tradiciones y culturas  que la ética desempeñara su rol más importante, en, por lo menos 3 ámbitos de acción:
    1. Función de clarificación conceptual: En más de una ocasión, los grandes dilemas éticos no  derivan de los contenidos propiamente dichos, sino  de la falta de claridad y acuerdo en materia conceptual. Incluso podría darse el caso de que, en puntos muy específicos, los contendidos en conflictos no sean totalmente equivalentes; sin embargo, con buena disposición y determinadas estipulaciones conceptuales podrían generarse puentes y vías de encuentro dialógico.
   2. Función  desmitificadora: Esta función guardaría mucha relación con la anterior, puesto que el elemento mítico del imaginario social adquiere su mayor fuerza del uso lingüístico y conceptual; con  todo, al destacar la dimensión “desmitificadora”, pensamos en la revisión de inconsistencias, prejuicios e ideas que supondrían una exploración más minuciosa de asuntos relativos a las tradiciones y culturas arraigadas en las sociedades. En este marco, los estereotipos, los preconceptos y las barreras lógico-cognitivas que han cobrado fuerza ancestral en determinados pueblos requeriría de la intervención de muchos más ingredientes interdisciplinarios que los puramente conceptuales.
   Es  más, aprovechando la coyuntura, me atrevería a decir que una de las mayores mistificaciones ética suele venir abonada por la misma tradición ética, con su renuencia a aceptar que los principios metafísicos  y paradigmas teoréticos no son suficientes para impulsar una reflexión ética realista. ¿Qué sentido tendría una reflexión ética totalmente vinculada de las dinámicas socioculturales del mundo contemporáneo? Dependerá  de la  inventiva y potencial intelectual de los teóricos de la ética configurar esquemas y propuestas que no vegeten perennemente en acomodaticias torres de marfil.
   3. Función fundamentadora e integradora: Prácticamente ningún ser humano se siente impelido a seguir una conducta determinada de forma gratuita; es decir, las personas tienden a actuar de un modo porque tienen alguna razón  (o pretenden tener) o justificación para hacerlo así.  En este marco, la ética juega un papel importante, al plantear y señalar claramente cuáles serían los fundamentos racionales-funcionales para promover ciertas prácticas morales en la sociedad
  Con todo, la ética, por sí sola no basta para articular una fundamentación, puesto que la sociedad no solo se desenvuelve en función a motivaciones éticas, sino que también comprende cuestiones de orden jurídico, religioso, económico, burocrático, etc. que una reflexión ética madura y realista no podría obviar. En tal sentido, la integración y visión de conjunto de todos esos engranajes que impulsen una moral sensata, realista y a tono con los contextos societales en que se inserta  es una función fundamental del quehacer ético.

sábado, 9 de febrero de 2013

EL DESAFÍO ÉTICO DE LA JUSTICIA SOCIAL: MÁS ALLÁ DE LA FANTASMAGORÍA

    Muy probablemente, ceñida  por el origen social elitista de sus propulsores, por centurias, la reflexión moral académica  concentró la mayor cantidad de sus energías en elucubrar casi exclusivamente en torno a las orientaciones axiológicas y la conducta moral del individuo, dando cuenta  hasta de  las más inverosímiles nimiedades. Sin embargo, en ese ínterin, desde mi óptica, se descuidó la profundización del componente social como punto central de referencia al momento de trazarnos los desafíos éticos de la sociedad.
  Es casi seguro que este descuido de lo social tenga mucho que ver con la arraigada convicción eurocéntrica (que se nos transmite en la mayoría de las Facultades de Filosofía) de que “su” visión del ser humano necesariamente podía erigirse en una antropología filosófica universal, sin más ni más; de allí que no sea de extrañar que iniciara la exploración de la “naturaleza humana”, enfocando sus disquisiciones en las facultades individuales “del Hombre” , por considerarla  la vía teorética más práctica: sólo era cuestión de ajustar la noción de “hombre” a cada uno de los contextos.[1]
   Esto sin dejar de mencionar lo indicado al inicio de este escrito: los temas de la injusticia social, la cínica pauperización del tejido social no parecían ser  tópicos de gran interés para intelectuales que tenían sus condiciones materiales básicas resueltas y que, en la mayoría de los casos, habían sido permeados por la idea de que tales asuntos eran demasiado baladíes para planteárselos como cuestión filosófica. (Un caso muy paradigmático es la concepción profundamente elitista de la Grecia clásica, con sus contadas excepciones).
  El punto es que, asumiendo tal mentalidad, que considera  un modelo “humano”  extrapolable a cualquier sociedad, era fácil forjar ideas de “bien”, “mal”, “justicia”, “valores”, “dignidad”… lo suficientemente abstractos (¡filosóficos!) sin necesidad de detenerse mucho en cuestiones meramente “sociológicas”. Así las cosas, tal pensamiento, que campeó por tanto tiempo en el mundo de la Filosofía, propició, a mi ver,  un lamentable descuido de las connotaciones sociales de la Ética y del compromiso que le cabía como vehículo concientizador, que permitiera traer a la palestra los dilemas morales del mundo actual. Y, en este marco, pienso que uno de los desafíos más grandes que debería plantearse la ética es el de la injusticia social y la pobreza. Si bien es cierto no es un problema nuevo, lo que sí se deja entrever es la necesidad enfoques y aproximaciones más elásticas al momento de su abordaje.
   En el campo académico, quizás la expresión más acabada y el esfuerzo más pujante por reivindicar el componente de compromiso ético en la sociedad vinieron jalonados por las teorías socialistas utópicas del decimonono, que logran su madurez teórica con las reflexiones marxistas y engelianas. Cuando Marx y Engels divulgan su espectacular pensamiento,  muchos pensaron  que ese bache ético pendiente al fin había sido sellado: ¡Por fin la Filosofía inclinaría su altanera mirada hacia los grandes problemas éticos de un capitalismo deshumanizador y cruel, por fin la savia filosófica dejaría de ser el privilegio de unos cuantos y se concentraría en una auténtica “transformación” del mundo!… La fiebre ideológica fue tal que, más de una centuria después, su calidez nos llegaba: los países tercermundistas veían en el nuevo “credo” una esperanza; los pobres del mundo encontraban en las ideologías de corte socialista su máxima bandera. Hasta los más reputados intelectuales mostraron su interés por estas ideologías: en su momento, un Sartre y un Russell no disimularon su coqueteo con los movimientos socialistas reivindicativos de la justicia social. Sin embargo, nos alcanzó un nuevo siglo con un conglomerado de ideologías socialistas, de los más diversos tintes, exhausto y asfixiado por un mundo atestado de inequidades sociales y de abismos cada vez mayores entre ricos y pobres. Pareciera, entonces, que ni siquiera la puesta en primer término de  los asuntos de justicia social y pobreza en la agenda ética ha logrado “domesticar” al monstruo. Es más, si revisamos varios de los ensayos políticos auspiciadores de tales ideologías, es evidente el estrepitoso fracaso de los mismos.
   Ante  una panorama como este, parecieran desprenderse, por lo menos,  dos actitudes básicas: por un lado, la apuesta por la muerte de la ideologías: lo que va a “salvar el mundo” no son ambiciosas y románticas ideologías; por otra parte, podría alegarse lo contrario, lo que se necesita es una ideología más contundente, más acabada y que contemple aspectos que se le escaparon los enfoques marxistas anteriores.
  Reflexionar sobre el particular implica revisar muchos aspectos, no sólo filosóficos, sino políticos, económicos, técnicos, etc…que no vamos a profundizar aquí. Sin embargo, quisiera, en este lugar, hacerme eco de punto muy concreto, que, desde mi perspectiva, es uno de los que más perturba la claridad en la materia: A mí me ha dado por denominarlo “la fantasmagoría de la pobreza”. Una de las fantasmagorías que, quizás,  más daño le ha podido haber hecho a las justas reivindicaciones socialistas de los desfavorecidos. Llamo “la fantasmagoría de la pobreza” a la retórica populista que se vale del discurso de la pobreza y de la injusticia social para escalar a posiciones privilegiadas de  poder. Este cáncer contemporáneo no hace distinción de contexto social, ni de bandería política, ni  de clase social, ni de nada…pareciera haberse convertido una moneda corriente enarbolar la bandera de los pobres y los desfavorecidos para convertirse en una figura pública. Este síntoma va más allá de si eres “comunista”, “capitalista” o “centro”: lo más importante es “venderse”, “mercadearse” como sensible a los grandes desafíos éticos de la sociedad contemporánea. Si es mediante revolución, filantropía, “emprendurismo”, cooperativismo, etc…, eso es lo de menos: lo importante es estar “in”. Todo este drama ha dado como resultado que cuando la gente escuche este tipo de prédicas no le sepa a nada y le  huela más a cliché que a otra cosa. Está tan “prostituida” la “cuestión social”, que, literalmente, hay una muerte de las ideologías: como decía el famoso líder chino: no importa el color del gato: lo que importa es que case ratones! Sobre el particular, podrían inferirse 2 corolarios básicos: una ideología per se no garantiza nada como realización coyuntural ética; del mismo modo, la consumación del oportunismo politiquero es la conversión de la “ideología” en mero aparato discursivo, desprovisto de cualquier plan técnico de ejecución
    Este recelo frente a las “ideologías”, podría llevarnos a asumir una visión  más “pragmática” y pensar que, en materia de ética social, este mundo no necesita de “ideologías”, sino de hechos y de respuestas concretas; o, igualmente, a la segunda actitud, antes mencionada, en el sentido de que hay que elaborar ideologías más perfectas.
  Ambas reacciones al problema de la ideología me parecen falaces.
 En primera instancia, si entendemos por “ideología”  un conjunto de creencia e ideas básicas que nos sirven de referente para nuestra conducta y acción, no cabe duda de que todos los seres humanos, unos con “sistemas” más simples, otros con más complejos, siempre precisaremos de un marco ideológico que nos sirva de referente conductual.
     De igual modo, aunque con una connotación atenuada, hay algo de cierto en la famosa expresión de los epígonos del fin de las ideologías: cada vez se ve como más inverosímil la posibilidad de perpetuar, por lo menos con perspectivas omnicomprensivas, ideologías con verdades cerradas en sí mismas y con códigos y dogmas exclusivistas e intransgredibles. La misma globalización y el intercambio cultural continuo han contribuido a ponernos de manifiesto la diversidad humana y su pensamiento.
  Contemplado lo anterior, emerge la famosa interrogante “¿Qué hacer?”  Ciertamente, una de las lecciones  más importante que nos ha quedado de la historia intelectual radica en la consciencia de que no hay sistemas interpretativos cerrados, ni autopiéticos, ni, mucho menos, reflejo fidedigno de los fenómenos: siempre serán aproximaciones que nos permiten interactuar de una manera más simple con la “realidad”; aproximaciones en continuo ajuste y replanteamiento, en correspondencia con el continuo devenir, que pareciera constituir nuestra “esencia” última.
  En síntesis, muy pocos aspectos de nuestra fluctuante realidad parecieran ser susceptibles de ser expresadas en término de fórmulas tajantes y definitivas. Así, vinculando este señalamiento con nuestro tema central de discusión, no parecen estar muy alejados del escenario actual filósofos como Habermas, Adela Cortina y Apel , por mencionar a algunos, quienes privilegian las facultades comunicativas y una ética dialógica como vías más razonables en la persecución de consensos: No hay verdades absolutas, sino temas que se dilucidan dialógicamente.
  No menos cierto es que nuestro mundo carece de muchas condiciones básicas para garantizar diálogos en términos de equidad. De cara a ese panorama, es fundamental que en nuestras comunidades se continúe afianzando la idea del reconocimiento del Otro (de los que no son iguales a nosotros, que no poseen nuestros otros valores ni  creencias, que no comparten nuestros enfoques…): Un reconocimiento que desmonte el viejo mito de que “somos iguales” y que ponga sobre el tapete la necesidad de aprender a vivir en medio de la diferencia ,a menos que apostemos por vivir en continuo conflicto con aquellos que no son “iguales” a nosotros.
   Vinculando lo antedicho con el tema de las ideologías, pareciera ser que el único derrotero que se vislumbra como prometedor sería el de ideologías  centradas en principios interculturales y mediadas por pilares diálogico-comunicativos.
   Diría que el gran problema de la ideología contemporánea no radica en falta de recursos, sino en falta de consensos y voluntad política conducente a tener presente una ética de la solidaridad responsable que reconozca  y contemple las necesidades de los menos favorecidos. Aún más, para superar el perenne cáncer de la verborrea y de la retórica, no me cabe duda de que hay una agenda de encuentro pendiente entre las Filosofía y las diversas ciencias particulares, que debería estar  orientada a vincular más estrechamente los  aspectos “ideológicos” con programas de ejecución y seguimiento. ¿De qué valdría una “ideología” lógicamente bien estructurada y rimbombante si no contempla una faceta ejecutiva? y ¿De qué serviría todo el conocimiento técnico si no se cuenta con un fundamento filosófico que nos indique hacia dónde queremos ir?
   Y, más importante todavía, podríamos interrogarnos, ¿de qué nos valdría todo el conocimiento y el avance científico tecnológico si no estamos dispuestos a revisar los principios morales que subyacen a nuestra conducta, si no tenemos presente el alcance moral de nuestras obras; de aquella dimensión autónoma más intrínseca que nos permite ser personas?...



[1] Sería equivocado decir en los enfoques tradicionales no se abordaron dimensiones sociales de la ética, pero pienso que, en muchas ocasiones, estaban tan cargados de categorías idealistas, que descuidaban, en gran medida, aspectos dinámicos de la sociedad o, simplemente, los ignoraban. Es preciso recordar que los privilegios plenos no le eran reconocidos a todos los seres humanos por igual, por ejemplo, en el pensamiento aristotélico o platónico. Es muy probable que donde Marx veía una explotación, un pensador como Aristóteles hubiera visto algo normal, sin ningún tipo de connotación inmoral