viernes, 29 de noviembre de 2013

¿Ser exitosos o ser felices? La felicidad que desea cada persona


Por: Marcos Lupu, XII R, Curso de Filosofía
A lo largo de la historia, la mayoría de las personas, en algún momento de su vida, se han llegado a preguntar : “¿Cuál es el propósito de mi vida?”, pues, pensándolo bien, todas las personas quieren llegar a ser felices en la vida; ahora bien, antes de seguir ampliando este tema, debemos tener bien claros dos conceptos :“Éxito” y “Felicidad”.
Muchos de nosotros confundimos estos dos conceptos, ya que pensamos que son lo mismo, pero lo cierto es que no lo son: el éxito es lograr alguna meta trazada por uno mismo; mientras que la felicidad es un estado emocional que supone satisfacción;esa es la definición que comúnmente se le ha dado. En fin, lo que trato de decir es que todos podemos llegar a ser exitosos, aunque no siempre felices: exitosos porque éxito es lograr; es cierto que al tener éxito estamos felices, pero, la mayoría de las veces, la felicidad es por un corto tiempo. La mayor parte de la vida del ser humano es trazar metas como un medio para lograr la felicidad; como dije anteriormente, la felicidad a veces la encontramos temporalmente en los éxitos.
Se puede decir que todas las persona quieren y desean llegar a ser felices en su vida, por lo que convierten la felicidad en una meta que debe conducir al éxito:en este punto es que se confunden ambos términos, porque comenzamos a pensar que la felicidad proviene del éxito, lo que no es así y entonces pensamos que para hacerla más duradera a cada rato deberíamos focalizarnos en ser “exitosos”; o sea, queremos tener éxito a cada rato, pero esto solo nos hace infelices, porque la convertimos en algo muy difícil de alcanzar.
Lo cierto es que la felicidad no tiene un límite definido para alcanzarla, sino que uno mismo le fija ese límite, por lo que para muchas personas les resulta fácil de lograr, pero para otras difícil de lograr.
El problema es que nos fijamos en lo que otros tienen y, a veces, otras personas son felices con muchas más cosas que nosotros y empezamos a sentir entonces que lo que tenemos no nos es suficiente: así vamos ambicionando tanto, que desbordamos el límite razonable.
Existen muchas visiones acerca de cómo encontrar la felicidad:para unos, está en la religión;otros, la ven en el dinero; otros, en las relaciones sentimentales; algunos, en su profesión: en fin, de ti depende conseguir la felicidad, pero lo cierto es que la mayor parte de la población del mundo cree que la felicidad la encontrará en el éxito.
La verdad es que gran cantida de personas no tenemos claro lo que significa éxito, por lo que tratamos de alcanzar lo que otros han calificado como tal. Esto nos puede llevar, fácilmente, a vivir rodeados de muchas cosas y de muchos logros, pero totalmente infelices y con frecuencia, ni siquiera conocemos la causa de dicha infelicidad.
El éxito, en sí, puede ser muy positivo y puede darnos felicidad pasajera, pero la clave en todo esto consiste en que los resultados que tracemos sean auténticos; es decir, que respondan a lo que nosotros realmente deseamos. Por eso, lo importante es que tengas claro lo que el éxito significa para ti, o sea, los resultados que deseas y que a ti te van a hacer feliz; porque si logramos cumplir con éxito todo lo que nos hemos propuesto y, al final de la historia, no nos sentimos felices; es muy probable que la razón sea porque desde el principio no dejamos guiar por la idea de “éxito” de otras personas;llegando a cumplir con los resultados que esas personas deseaban; sin embargo, traicinando nuestro verdadero deseo.
Es importante resaltar que el éxito es muy valioso, pero nunca cuando va solo y depende de uno mismo decidir ser feliz o no; si lo confundimos o no, porque si no somos felices, de nada sirve ser exitoso. He aquí donde digo que el éxito que desea toda persona es llegar a ser feliz. Todo está en tus manos, de ti depende ser feliz o no, tú decides lo que deseas y lo que te hace sentir feliz, porque para ser exitosos debemos sentirnos felices; de lo contrario ¿qué sentido tendría ser exitosos si no nos sentimos bien? Recuerda: “La felicidad es la llave del éxito” (Anónimo)

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Vida Cotidiana y Falacias


Por: Yarisely Pérez, XII O
El tema de las falacias casi desconocido o muy poco conocido por gran cantidad de personas, ya que la misma palabra es un poco confusa y poco se habla de ellas; sin embargo, aunque no siempre las conozcamos por su nombre, vivimos redeados de ellas: a los expertos en estas finas mentiras, se les hace fácil engatusar, atacar o defenderse; actúan con tal naturalidad, que sus ataques llegan de forma directa a la parte psicológica de la persona.
Considero que a la población panameña le hace falta tener el ánimo de saber o empaparse en un tema que podría ser de mucho beneficio en la rutina diaria, para tener una vida más plena, saber compartir , actuar o defenderse; en fin, son tantas cosas que necesitamos y las dejamos ir por flojera o falta de interés. Ciertamente, las falacias se ven hasta en lo que menos nos imaginamos, se presentan en diferentes ocasiones y son ignoradas en nuestra presencia. Las falacias se presentan continuamente en el discurso de nuestros candidatos políticos, empresarios, etc. Así, por ejemplo, los grandes problemas, como el manejo de la basura, no suelen discutirse o argumentarse con seiredad:muchas veces quedan en el conflicto y los gritos, propios del argumentum ad populum, aunque al final no se consigua nada.
Otra de las falacias más comunes es el Argumentum ad Hominem, o ataque a la persona y no sus sus argumentos ¿Por qué ofendemos a primera vista, sin saber el interés u opinión de los demás?; en este tipo de falacias es común el abuso y menosprecio por el prójimo, para atacar y hacer sentir incapaz e inútil al contrario.
Hagamos de nuestras y otras, una vida maravillosa y no miserable. No dejemos nuestros pensamientos en blanco, busquemos el ¿por qué? Siempre me pregunto algo, ¿el cómo! Simpre busco una respuesta una respuesta a esa angustia. Logremos combatir o, mejor dicho, logremos entender la acción figurada, los pensamientos erróneos, las actitudes y acciones que tomemos, que nos den comprobaciones de que hacemos mal o de que tal cosa está presente, para dar una seguridad y firmeza en tan solo cinco palabras: tú o él.




 

Filosofando sobre Falacias


Por: Dayana Espino, Curso de Filosofía, XII P

Un ensayo requiere de exposición y argumentación; plantear brevemente un tema de gran extensión es lo que le da mérito al ensayista. A tener que hacer un ensayo de filosofía, me causó gran preocupación, sobre todo porque como estudiante no se nos ha preparado lo suficiente para que en un momento dado escribamos ensayos sobre cualquier asunto sin ningún problema.
Este es un tema dado por Filosofía, una asignatura misteriosa para mí, que es difícil de entender, asimilar con precisión cada uno de sus ideas , ya que es un verdadero problema, pues eso de saber sobre la comprensión del mundo que rodea al hombre: entender ese mundo ha sido y será el mayor problema para los estudiosos al respecto. Lo más incomprensible es que a través de la historia de la humanidad a la fecha no hay ley, teoría, hipótesis que dé una verdadera respuesta acerca del origen tanto del hombre, como del mundo que lo rodea.
De todos los temas planteados en el curso , desearía ofrecer una reflexión acerca de de las falacias. Falacias son como las contraposiciones de la verdad, son razonamientos incorrectos que tienen apariencias de ser ciertos (mentiras, engaños). En el texto se habla de falacias o sofismas, es decir, que significa casi lo mismo, vi que sofisma son falacias voluntarias ; al decir esto, quiere decir que se pueden controlar si se quiere, contrario a los paralogismos que sí son involuntarias, pero que a fin de cuenta son ambos falacias.
Entre las clases de falacias que me llamaron la atención, están la referente a la apelación a la fuerza; es decir, que sin importar quién tenga la verdad, el que más poder tenga, ese será el que hará prevalecer su punto de vista , sin discusión ni reflexión alguna; otra falacia que tomé en cuenta fue la de la apelación a la ignorancia, que, en síntesis, plantea que algo es cierto o falso sólo porque no se puede demostrar lo contrartio; por ejemplo: los duendes existen, puesto que no se puede probar que no existan.
Una falacia muy común es la de apelación a la autoridad: se aprecia una opinión no por el valor mismo de la opinión, sino por quién la diga: si a ese alguien se le cree “importante”, los demás la aceptan y no hacen nada por averiguar si es verdadero o falso .
Por su parte, la falacia genética. Una expresión típica de la misma en nuestro saber popular podría ser la expresión: “De tal palo, ta la estilla”; muchas personas aseguran que no siempre se cumple; para mí, es falacia, porque forzosamente no siempre es así; lo que si parece cierto es que , muchas veces,el ser humano tiende más a imitar lo negativo que lo positivo.
La última falacia que captó mi atención fue la ley de la naturaleza, en ella se argumenta que porque el hombre es producto de la naturaleza, debe imitar el comportamiento observando por la naturaleza, esto me recuerda algo sobre el alacrán que quería que la rana lo cruzara al otro lado del río: la rana lo cruzó con la condición de que no lo picara, pero el alacrán antes de bajarse de la rana, lo picó y al preguntarle por qué lo hizo, dijo: esa es mi naturaleza. Imagínese que uno como mujer se dejara llevar por los impulsos “instintivos” del “macho”, todas seríamos maltratadas, simplemente porque los hombres dicen que esa es su “naturaleza”:armonizar con la naturaleza es el ideal; pero, agrego yo, la misma Naturaleza nos ha otrorgado la inteligencia para modificarla y perfeccionarla para vivir mejor.
Al principio, creí que esta temática sería “toda una falacia”, pero ahora pienso que estos asuntos deberían integrarse en los planes de estudio; no sólo en secundaria, sino desde la primaria .
Las falacias son parte de la vida del ser humano; me atrevería a decir que constituyen una especie de filosofía de vida. En fin, pienso que todo argumentación sutil o sofisitcada, por decirlo de algún modo, no constituye falacia; a veces, va a depender de quién lo diga, lo crea, lo haga u obligue a aceptarlas.
Son muchas las falacias en la lista, pero de seguir reflexionando sobre todos, esto dejaría de ser un ensayo y, para no romper este patrón de brevedad, hasta aquí llego. ¡Ojaláue lo poco o mucho que he podido entender me sirva para el resto de mi vida; creo que, de haber seguido pensando, como antes, que la Filosofía era tediosa, habría seguido una vida falaz