martes, 4 de septiembre de 2012

Configuración del carácter y el Pensamiento crítico




Por: Joana Rodríguez, XII° N, Curso de Filosofía

Vulnerabilidad es una CUESTION SOCIAL que incide mucho en los problemas actuales. Considero que, analizando los problemas más álgidos del desarrollo social y configurando un  enfoque personal con una mirada más rica y perceptiva, podemos evadir ese efecto negativo sobre todos, acumulando  conocimientos heterogéneos y de posesión, influencia y control.
      La Vulnerabilidad Obliga a la integración social, sin modelos de decisión, habilidades ni metas individuales y mucho menos colectivas y, por ende, aumenta la inestabilidad social. Esta situación depende, a mi juicio, de las dependencias a  las estructuras establecidas, oportunidades, autoestima, nivel de desigualdad, límites, sentido, periodo de maduración, acceso, profundidad, conocimientos, capacidad de supervivencia, carácter y patrones que modelan y transforman el carácter y, por supuesto, los sujetos históricos de cambio. Este fenómeno es más perceptivo en los jóvenes, que aún no forman su perspectiva moral o el enfoque de conciencia.
Con una perspectiva aun embrionaria, pero cuyo enfoque debe ser considerado con cautela, se debe ser cuidadoso de asumir el rol de influenciador o influyente  y no de influenciado, ya que son muchas las falacias y pocos los razonamientos que nos llevarían a un concepto propio, respetando la posición de cada uno como parte de una sociedad libre racional y con derechos; es decir, desde un enfoque sociocultural.
La gente está emocionalmente ligada a “creer” cada palabra, y, como futuras cabezas de familias comparte su contenido como ningún otro, y es aquí donde empiezan a surgir los más primitivos tabúes.
    Alguien  es probablemente famoso en la vida real y sus seguidores simplemente no pueden tener lo suficiente o, tal vez,  lo tengan,  pero la fama son solo escombros de polvo cuando solo llevamos un ritmo de vida artificial, desvinculada de un sentido de felicidad pleno. Hay a quienes les bastan cosas banales  como esta y hay quienes encuentran el verdadero arte en la vida a su modo. ¿Quién eres tú para juzgar?, pero la mejor respuesta es que  no eres nadie para juzgarme y por ser ese nadie, supuestamente razonable, lleno información primitiva, que impide que evolucione el pensamiento social, no tomare en cuenta tus prejuicios. Esta es una perspectiva muy común y la que muchos adolescentes viven diariamente.
 Sabes lo que te gusta y lo que a su público también le gusta. Sabes lo que es una tendencia, pero haces algo más que seguir a la multitud. Es decir, que se tiene su propia opinión y ésta, por ser coherente o impuesta tradicionalmente,  gana el respeto.
   Los llamados conservadores y moralistas son los principales jueces terrenales, lo que, justamente y moralmente, me parece incorrecto: sus opiniones son muy extendidas y de alta confianza es cierto. Pero, ¿qué tal si estos personajes doblegan su moral? Eso ha  pasado y ha constituido   un gran colapso social, ya que quienes guíen deberían ser el modelo correcto, pero todos juzgamos y no empezamos por nosotros mismos y estos tabúes regularmente dividen la sociedad y la convierten en una desigualdad muy prejuiciosa que llega a acabar con las vidas y emociones que hacen al ser humano una persona.
  Me parece ilógico que si uno comparte lo mejor de sí, los demás únicamente se fijen en las cosas que consideran negativas. Vive y deja vivir: las personas son animales sociales y no criaturas aisladas. Los humanos actuamos en medio de grupos que influyen sobre nuestro modo de pensar y actuar, si existiera una Sociedad mas receptiva, con Apertura de pensamiento, libre, en donde cada uno está consciente y es responsable de sus actos, sin  fobias,  prejuicios o estereotipos; aprendiendo sobre lo mejor que da cada uno, la sociedad maduraría y muchos tabúes dejaran de impedir vivir. Son muchas las representaciones sociales y es aquí donde algunos asumen un pensamiento crítico, una sensibilidad intercultural y el reconocimiento de las diferencias étnicas, llevando las diferencias a la aceptación o  aculturación. Todas estas ideas van madurando poco a poco y van configurando el carácter de cada persona; es decir, su personalidad e identidad.
    El tabú es una condición  tanto de las personas como de las instituciones, en las que no es lícito censurar o mencionar;  y el prejuicio es un acto en el que se juzga antes del juicio o emitir una opinión previa, por lo general desfavorable de algo que se conoce mal o no se conoce. El estereotipo advierte que es la imagen aceptada comúnmente por un grupo o por la sociedad general y que tiene carácter inmutable. Son buenas las definiciones pero, ¿de qué sirve definir el problema si no se pone en práctica el eliminarlo? La mujer ideal debe ser mansa, dócil, dulce y sumisa con el hombre, son las encargadas de cuidar a los niños, cocinar y limpiar el hogar y el hombre de trabajar. Son algunas ideas erradas que aun se pueden notar en esta una sociedad moderna. Considero que la mujer que desea desenvolver ese rol tiene los mismos derechos que la mujer que no piensa igual y su modo de arte en la vida es otro rol. Al igual que le doy los mismos derechos al hombre que no quiere desenvolver su  rol tradicional y vive feliz sin intervenir en la vida de los demás. Un ser humano es “un ser” y humano cosa que esta sociedad trata de cambiar.
  En fin, diría que, ciertamente,  el único poder que las personas ejercen sobre nosotros es el que le permitimos ejercer. Es muy poderosa la manera en la que alguien pudiese influir sobre nosotros, pero, frente a esto, debemos de tener un amor propio que nos mantenga serenos y nos  permita aceptarnos primero tal y como somos, para que después sea poco relevante la aceptación de desconocidos. Puesto que la filosofía de vida es algo complicado y la realidad es un tanto diferente para cada individuo, según su circunstancia, la influencia es algo que no acaba y que tenemos desde que empezamos a convivir pero que se puede modelar configurando nuestro carácter y actuando críticamente. 


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