viernes, 7 de septiembre de 2012

ATRAPADOS EN LA RED

       Por: Marilín Flores y Emy Vega, Curso de Filosofía, XII° O


¿Estás en la onda?
     Pertenecer a una red social se define, entre la sociedad joven, como lo mejor de lo mejor, es lo que define quién eres y con quiénes te relacionas ,a tal punto que el hecho de no poseer  una cuenta  en una de estas redes sociales te cataloga  como una persona fuera de moda. El implemento de las redes sociales en nuestro diario vivir ha revolucionado totalmente la  manera  de comunicarnos con las personas, parece ser una herramienta muy útil que nos ahorra dinero y ofrece una gran facilidad al comunicarnos, sin costo alguno, además de  que nos permite conocer nuevas personas con intereses comunes a los nuestros, contactar familiares lejanos, excompañeros etc. Se pinta como la  gran maravilla, lo más positivo posible, ¿pero es en realidad así?
    A simple vista, no parece tener nada  malo pertenecer a una red social, es una forma de socializar, hacer nuevos amigos y , quién sabe, hasta conocer el “amor de tu vida”, pero cuando esto pasa de ser una diversión y un simple pasatiempo  a  convertirse en lo único que haces o le brindas atención,  allí  viene el dilema del asunto ,porque  esta bien si ésta se utiliza para liberar el estrés del día ,en un momento de relajación, para aliviar la mente y compartir con personas que conoces, pero están distantes ;pero si pasas el mayor tiempo de tu día sentado frente a una computadora en una red social, ya sea Facebook ,twitter, MySpace, te aíslas poco a poco sin darte cuenta, si no tienes control sobre lo que haces.
¿Diversión o adicción? 
 Una persona que pasa 24 horas del día interactuando en una red social considera que lo hace por simple diversión y que no es lo que hace   habitualmente, sin percatarse que esta creando una dependencia a ella y que esto influye en sus actividades cotidianas, hasta en su forma de ser, afectando su grado de razonamiento respecto a situaciones externas, en su entorno, llegando al grado de convertirnos en robots cibernéticos.
   La adicción te limita a reproducir las relaciones del mundo real, bajo las reglas de los entornos virtuales, causando dificultad al relacionarse con personas y afectando tu personalidad, ya que, estando en lo que crees es diversión,  te olvidas de la realidad. Tal vez el avivamiento de las redes sociales se deba a que, de alguna u otra  manera, brinda a su usuario cierto grado de poder, haciéndole sentir plena libertad de expresar sus ideas sin críticas admitidas, pero este poder es solo ficticio, puesto que tienes poder para cambiar lo referente a tu persona, mas no a los demás; entonces la creencia de poseer tal poder te hace tener una actitud dominante e impulsiva donde el aspecto sicológico prevalece; tomemos de ejemplo a una persona de baja autoestima, está  envuelta en este mundo cibernético, siente un grado de aceptación excepcional que no posee estando fuera de él y que la motiva a realizar actos que comúnmente no haría, simplemente por buscar una supuesta aceptación.
    Es con esto donde empiezan los peligros de la red, puesto que nos da la posibilidad de crear una persona distinta a la que somos, esto se presta para  caer en las redes de personas que  atentan contra nuestra personalidad, y hasta con nuestra vida, las que enredan  con su falsa identidad.
    En este mundo virtual, tu imagen no es solo tuya: es de todos, crees tener el control pero no es así: todo es ficticio. Por tal razón, debemos tener mucho cuidado al utilizar las redes sociales, ya que así como pueden ser beneficiosas en la sociedad, también pueden presentar un alto riesgo al no saber utilizarlas con seriedad. Por ende, estas deben estar destinadas a personas con un grado de madurez adecuada y no para personas sin un criterio formado.
     Pero ya que no hay control en ellas, puesto que son libres, solo nos queda utilizarlas de la mejor forma posible, sin  excesos y aprovecharlas de manera ventajosa y que no se convierta en una manera de distanciamiento entre personas.

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