jueves, 30 de agosto de 2012

¿Es moralmente aceptable que las adolescentes embarazadas compartan las aulas con otras jóvenes de su edad?


Por: Yanti De Gracia, Curso de Filosofía, XII° L

 
Hablar de embarazos no deseados, es hablar de adolescentes de entre  11 a 19 años que, de la noche a la mañana, despiertan siendo mujeres. Se me hace un tema realmente interesante, y muy apegado a la realidad, y aun más en esta época, porque si bien antes era posible tener menos de estos casos, hoy es completamente diferente. Según las estadísticas, en el 2007 se registraron unas 913 estudiantes en estado de gravidez, para el 2008, 950. Mientras que la cifra de los primeros seis meses del 2009 es de 624. Las cifras de embarazo precoz también incluyen a estudiantes de escuelas primarias, ya que sólo el año pasado se reportaron unos 57 casos. 
   Y esto se da ya, que como jóvenes, estamos más abiertos y, por ende, más propensos a tener relaciones sexuales; y si no contamos con una correcta preparación,  podemos caer en “el embarazo no deseado”. El punto es que para  nadie es un secreto que el embarazo adolescente es un problema social. En este sentido,  podemos decir muchos problemas que influyen en los embarazos de las  adolescentes, desde  problemas con los padres hasta el impacto que, desde pequeños, tienen en nosotros los  medios de comunicación, en donde las relaciones sexuales suelen ser el plato fuerte.
  Esto sin mencionar  que a esta edad tenemos requerimientos especiales, físicos, materiales y emocionales que suelen contribuir  a un embarazo no deseado y nos hacen, muchas veces, dejar los estudios y tener una baja autoestima.
  La creencia de que una joven embarazada en el colegio es la ‘‘manzana podrida’’, es un paradigma social de las generaciones anteriores, como las de  nuestros padres y abuelos, ya que era frecuente  estereotipar a estas jóvenes como ‘‘sueltas’’ y, por lo tanto, las veían como un mal ejemplo, tanto para la comunidad educativa de la que forman parte como para la juventud en general; es decir, creían que el embarazo podía volverse una epidemia dentro del establecimiento y el grupo de pares que las rodeaba; pensamiento que se opone totalmente al deber de optar por la vida que nos impulsa a las mujeres, ¿por qué juzgarlas si tomaron la decisión más difícil ? ¿Acaso con una actitud de rechazo no se está  empujando a estas jóvenes optar por el aborto para tener cabida en la sociedad? Mi opinión es que una joven embarazada puede ser la mejor comunicadora para la toma de conciencia de los jóvenes, ya que, como hemos analizado, generalmente, las condiciones en que estas mujeres viven su embarazo son bastante tristes y sacrificadas, por lo que la joven no recomendaría por ningún motivo que otras repitieran su historia, sino mas bien difundiría un mensaje de prevención y de responsabilidad. Se han visto casos en que las muchachas siguen adelante con el apoyo de sus padres y amistades y si les dijera que uno de esos casos es el mío, que, a mi corta edad, tengo un hermoso bebe de tan solo 9 meses y que ha sido la mayor bendición que Dios me ha dado, pero esto no quiere decir que yo sea una mala influencia para mis demás compañeras o que no tenga derecho a seguir mis estudios al igual que los demás; es más, siento hay un apoyo recíproco entre mis compañeros y yo, porque sin el apoyo de mi familia y mis amigos del colegio y de la iglesia no hubiera salido adelante y, al contarles mi experiencia, lo pensaran más de una vez antes de repetir mi historia.



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