Por: Yanti De Gracia, Curso de
Filosofía, XII° L
Hablar de
embarazos no deseados, es hablar de adolescentes de entre 11 a 19 años que, de la noche a la mañana,
despiertan siendo mujeres. Se me hace un tema realmente interesante, y muy apegado
a la realidad, y aun más en esta época, porque si bien antes era posible tener
menos de estos casos, hoy es completamente diferente.
Según las estadísticas, en el 2007 se registraron unas 913 estudiantes
en estado de gravidez, para el 2008, 950. Mientras que la cifra de los primeros
seis meses del 2009 es de 624. Las cifras de
embarazo precoz también incluyen a estudiantes de escuelas primarias, ya que
sólo el año pasado se reportaron unos 57 casos.
Y
esto se da ya, que como jóvenes, estamos más abiertos y, por ende, más
propensos a tener relaciones sexuales; y si no contamos con una correcta
preparación, podemos caer en “el
embarazo no deseado”. El punto es que para nadie es un secreto que el embarazo
adolescente es un problema social. En este sentido, podemos decir muchos problemas que influyen
en los embarazos de las adolescentes,
desde problemas con los padres hasta el
impacto que, desde pequeños, tienen en nosotros los medios de comunicación, en donde las
relaciones sexuales suelen ser el plato fuerte.
Esto sin mencionar que a esta edad tenemos requerimientos
especiales, físicos, materiales y emocionales que suelen contribuir a un embarazo no deseado y nos hacen, muchas
veces, dejar los estudios y tener una baja autoestima.
La creencia de que una joven embarazada en el
colegio es la ‘‘manzana podrida’’, es un paradigma social de las generaciones anteriores,
como las de nuestros padres y abuelos,
ya que era frecuente estereotipar a
estas jóvenes como ‘‘sueltas’’ y, por lo tanto, las veían como un mal ejemplo,
tanto para la comunidad educativa de la que forman parte como para la juventud
en general; es decir, creían que el embarazo podía volverse una epidemia dentro
del establecimiento y el grupo de pares que las rodeaba; pensamiento que se
opone totalmente al deber de optar por la vida que nos impulsa a las mujeres,
¿por qué juzgarlas si tomaron la decisión más difícil ? ¿Acaso con una actitud
de rechazo no se está empujando a estas
jóvenes optar por el aborto para tener cabida en la sociedad? Mi opinión es que
una joven embarazada puede ser la mejor comunicadora para la toma de conciencia
de los jóvenes, ya que, como hemos analizado, generalmente, las condiciones en
que estas mujeres viven su embarazo son bastante tristes y sacrificadas, por lo
que la joven no recomendaría por ningún motivo que otras repitieran su
historia, sino mas bien difundiría un mensaje de prevención y de
responsabilidad. Se han visto casos en que las muchachas siguen adelante con el
apoyo de sus padres y amistades y si les dijera que uno de esos casos es el mío,
que, a mi corta edad, tengo un hermoso bebe de tan solo 9 meses y que ha sido
la mayor bendición que Dios me ha dado, pero esto no quiere decir que yo sea
una mala influencia para mis demás compañeras o que no tenga derecho a seguir
mis estudios al igual que los demás; es más, siento hay un apoyo recíproco
entre mis compañeros y yo, porque sin el apoyo de mi familia y mis amigos del
colegio y de la iglesia no hubiera salido adelante y, al contarles mi
experiencia, lo pensaran más de una vez antes de repetir mi historia.
Felicidades, por atreverse
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