lunes, 3 de septiembre de 2012

La eutanasia, ¿muerte digna o suicidio?



Por: Andreina Murillo, X° Q, Curso de Ética


“No es tormento la muerte, sino fin de tormentos.”
Salustio
La eutanasia ha sido y es un tema conflictivo, que se debate hoy de forma creciente, generando mucha polémica y numerosas controversias  por parte de la sociedad.
Moralmente hablando, con frecuencia  se alude  al "derecho a morir". La expresión apareció por vez primera en una "Declaración de los derechos del enfermo" de la Asociación de los Hospitales Americanos (l973). Este derecho podría ser considerado como un derecho a la eutanasia. Sin embargo, también se puede entender como criterio moral decisivo. Antes de entrar de lleno en el tema de la eutanasia, trataré de dar una noción formal, y aproximarme a  su contenido concreto, empezando por dominar una correspondiente definición acerca de este tema.
      La eutanasia es la acción o inacción hecha para evitar sufrimientos a personas próximas a su muerte, acelerándola ya sea a sabiendas de la persona o sin su aprobación. Se puede considerar también como el hecho de morir sin experimentar dolor. La palabra "eutanasia" procede del griego y etimológicamente significa "buena muerte" (eu-thanatos). Este fue el significado en la antigüedad greco-romana: "Felici vel honesta morte mori" ("Morir con una muerte feliz y honesta"). Sin embargo, el contenido de lo que hoy entendemos por eutanasia estaba ya planteado en Grecia y Roma. Platón, en el libro III de la "República", al describir su Estado ideal, afirmaba que se debe dejar morir a los que no son sanos corporalmente.
Para la concretización de este tema, es necesario que abarquemos diferentes puntos de vista o planteamientos:
Postura de la sociedad frente al tema de la eutanasia
La sociedad plantea una serie una serie de exigencias o condiciones con respecto a lo que podríamos llamar “el derecho del hombre de morir dignamente”:
·         La presencia solidaria de los demás.
·         La atención al moribundo con todos los medios de la ciencia médica, y el alivio del dolor.
·          No privar al moribundo de morir en cuanto "acción personal". En este punto es de vital importancia la cuestión de la información debida al enfermo. Dicha información constituye una parte integrante del respeto a su dignidad y le confiere autonomía y libertad para tomar las decisiones que le afectan.
·          Liberar a la muerte del "ocultamiento" a que es sometida en la sociedad actual.
·         Favorecer la vivencia del misterio humano-religioso de la muerte. Para ello se puede prestar una asistencia psicológica y religiosa, amén de la cercanía de familiares y profesionales sanitarios.
  Personalmente, considero que la influencia religiosa o eclesiástica, tiene mucho que ver en la postura que tenga la sociedad frente a este tema. Yo pienso que si un 90% de la población mundial se acoge a fundamentos religiosos, el 90% reprueba la práctica de la eutanasia, puesto que en cierta forma no se adhiere a las normas divinas.
Posición de la iglesia ante la eutanasia
Por su parte, el cristianismo rechazará de plano tanto el suicidio como la eutanasia, y esto por un triple motivo, que presenta la argumentación de Tomás Moro.
·         Atenta contra el amor debido a sí mismo,
·         Atenta contra la sociedad.
·         Atenta contra el derecho exclusivo de Dios sobre la vida del hombre.
Reflexión ética personal acerca de la eutanasia
   Ya después de haber hecho un planteamiento introductorio respecto al complejo tema de la eutanasia, es momento de plantear mi enfoque personal o bien, mi perspectiva acerca de esta práctica.
La primera vez que escuché acerca del término “eutanasia”, si mal no recuerdo, fue alrededor del 2009, año en que tenía algunos 11 0 12 años, y fue en una publicación en el periódico, de un caso acerca de una chica italiana que había quedado en estado vegetativo desde hacía 17 años, si no me equivoco. Frente a todo esto, los familiares de esta chica, toman la difícil decisión de recurrir a la eutanasia, con el fin de dar paz a la misma. Este hecho fue algo bien impactante para mí, que  creo que nunca voy a olvidar.
    Ahora bien, haciendo énfasis en este caso en particular, yo considero, desde el punto de vista humano, que, de alguna forma, la familia de esta muchacha tomó una  decisión bastante correcta, ya que ella se encontraba en una situación  que le producía mucha angustia y sufrimiento.
     Cabe señalar que la eutanasia que se le practico a esta chica, fue una eutanasia pasiva, que es cuando  se suspenden los aparatos que mantienen con vida al paciente. Por otro lado, también está la eutanasia activa, que es aquella en la que el médico contribuye a acelerar la muerte del individuo suministrando dosis letales, al mismo tiempo que  sustancias que producen tal efecto; pero en esta reflexión, trataremos más bien la eutanasia pasiva.
  Claro está que el caso de esta chica italiana, al igual que otros casos similares a este, trajo como resultado gran controversia desde los puntos de vista jurídico, médico y eclesiástico; sin embargo, yo considero que la práctica de la eutanasia no es un asunto meramente jurídico, médico o eclesiástico y tampoco moral, porque entonces a la hora de hablar de moral, estaríamos hablando de lo bueno o lo malo; de lo correcto o incorrecto, y eso no nos lleva a ningún resultado coherente, ya que cada quien tiene una visión diferente de lo bueno o lo malo, y es que cada cabeza es un mundo, cada quien tiene su propia forma de ver la cosas, y,  creo yo, debe respetársele.
   Ya hablando de manera objetiva, yo creo que lo realmente importante aquí es el bienestar del individuo, puesto que a nadie le gustaría estar postrado en una cama durante años sin poder moverse, sin poder hacer nada por sí mismo. Las personas que se encuentran en esta situación, en realidad ya están muertos, a mi parecer, porque no viven por sí mismos, son aparatos que los mantienen con vida, llevan una vida que  se podría decir, artificial. Esta situación lo único que produce es sufrimiento y dolor en la persona.
Este tema fue algo que me llamó la atención en gran manera, sobre todo por aquellas personas que, por una u otra razón, han quedado, ya se sea estado de coma, en estado vegetativo, etc., ya que me ha tocado percibir de cerca este tipo de situaciones con personas allegadas a mí; me ha tocado ver su sufrimiento y constante angustia, y escucharlos anhelar su propia muerte, como manera de alivio a su dolor. Es muy fácil para muchas personas hablar de la eutanasia, como suicidio, pero en realidad es algo más profundo,  porque no se puede saber qué se siente, qué pasa por la mente de quienes viven estas situaciones de las que hemos hablado. Yo reflexionaba mucho en este tema, recordando las personas que me ha tocado ver, ya en estado de agonía prácticamente y me digo a mí misma, pareciera mentira, pero la gente le teme tanto a la muerte; sin embargo, cuando el vivir se convierte en una tortura, el morir se hace deseado.
“No viviera con esperanza de descansar si no esperara la muerte”
Quevedo

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